real valladolid
Al fin, tras cinco derrotas seguidas, el Real Valladolid compró algo de tranquilidad para seguir trabajando y mejorando. Fue un Pucela que no distó mucho del que, en anteriores partidos, perdió encuentros sin ser claramente inferior a sus rivales, lo que significa que ni antes éramos tan malos ni ahora vamos a ascender en enero. Con este triunfo, el partido de Copa se presenta este miércoles como un premio, ideal para seguir ajustando ideas y dar cancha a los menos habituales.
Del encuentro del sábado, lógicamente, tenemos que quedarnos con la actuación del canterano Jose (sería interesante saber cuándo fue la última vez que un chaval surgido del filial que no fuese Óscar anotó dos tantos con el primer equipo), que con su desparpajo y efectividad devolvió la sonrisa a la fiel afición pucelana, una grada que, pese a las derrotas, recibió al Pucela con animación y color. Además de la eclosión de Jose, hay que destacar la buena actuación de la nueva pareja de centrales y que el Valladolid fue efectivo el día en el que Herrera no dispuso a un nueve puro sobre el césped.
Lo comentaba en esta tribuna semanas atrás, la falta de un delantero goleador podría ser un problema para el Pucela, un argumento que, acertadamente, muchos me rebatieron. Estos aficionados sostenían que, con el sistema y las tácticas que suele manejar nuestro entrenador, la figura del atacante central puro y duro no era tan importante. La gran actuación del joven canterano parece haberles dado la razón, pues el Valladolid venció sin la ayuda de Mata ni De Tomás, los dos que, a priori, podrían encarnar esa figura del añorado 'nueve'.
El tópico de que la Segunda es una competición muy larga se hace patente en que, aun habiendo cosechado cinco fracasos seguidos, dos o tres triunfos te vuelven a conectar con la zona de arriba. Sirvan estos tropiezos pasados para evidenciar que la Liga es una carrera de fondo en la que, a veces, el más paciente puede aspirar al ascenso. El Pucela de Herrera, seguramente, no mereció un castigo tan continuado en forma de malos resultados y ahora, con esta victoria, se ha invertido un poquito más en tranquilidad. La sonrisa de Jose debe ser la primera de las muchas que este equipo, con o sin nueve puro, puede y debe ofrecer a su paciente afición. ¡A por los siguientes tres puntos!
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