real valladolid
En el libro de Nick Hornby 'Pasión en las gradas', el autor cuenta su vida asociando todo lo que le ocurre en su vida privada con el fútbol y, más concretamente, con el Arsenal. Recuerda su impresión al entrar en la grada el primer día que le lleva su padre a Highbury. Pasó de importarle poco el fútbol a hacerse acérrimo seguidor del club londinense. No voy a decir que a mí me pasase lo mismo, porque yo ya era del Pucela antes de ver mi primer partido. Y tampoco me emocionó especialmente mi primera visita al Viejo Zorrilla en un empate a cero contra el Almería el día de nuestro retorno a primera en 1980, ni el partido inaugural del Nuevo Zorrilla. Sin embargo guardo un imborrable recuerdo de mi estreno como abonado en 1992 en el fondo norte. Por entonces el fútbol se veía de pie y en ese fondo había una gran zona de animación. Los extintos ultravioletas la comandaban y aunque yo me ponía en las filas de arriba alejado de la zona cero, disfrutaba como un enano en cada partido de Zorrilla.
Hubo dos cosas que acabaron con aquello. Y no sé en qué orden. Por un lado, cuando se obligó por motivos de seguridad a que todos los sitios del estadio fueran asientos. Por otro lado, algo tan feo que a una madre la convierte en suegra, la política. Sea por lo que fuere, aquello se acabó y Zorrilla se convirtió en un estadio gris a pesar de que cambiásemos el cemento por los asientos blancos y violetas.
Llevamos unos años en que la federación de peñas y el club han intentado volver a recrear aquello, de momento sin éxito. Pero este año veo cosas distintas. Se ha recuperado el lugar de la 'zona cero', se ha adornado con los colores del equipo el acceso al fondo norte y, lo más importante: se ha intentado unir a gente con un mismo objetivo. Ahora lo principal es animar al Pucela y al menos desde la distancia no hay sitio para la polític. Por esto hay que dar la enhorabuena al club y especialmente a la federación de peñas. Y, por supuesto, desearles suerte en este proyecto.
Espero que esta vez sea la definitiva. Ese grupo debe crecer y poco a poco el fondo norte volverá a ser lo que fue en los primeros noventa. Y ese debe ser el germen para que dentro de unos años los 8.000 de siempre seamos 13.000.
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